La irritación, la inflamación de los músculos, ligamentos y tendones, la infección, la irritación de las raíces de los nervios cervicales, la invasión del suministro vascular del canal vertebral o la compresión de la médula espinal dentro del canal espinal pueden causar dolor de cuello.
La artritis también puede contribuir al dolor de cuello debido a que la altura normal de los discos se ve comprometida, lo que a su vez afecta a las demás estructuras de apoyo circundantes, como los músculos y los ligamentos. Además, la curvatura del cuello puede alterarse, volviéndose demasiado recta o incluso invirtiendo su curvatura, a menudo causada por una lesión por latigazo.
Es fundamental que quienes sufren de dolor de cuello crónico reciban un diagnóstico preciso, para poder abordar la raíz del problema. Recuerde siempre que cuanto antes busque tratamiento para una lesión cervical, mejor será el resultado potencial.